Miembro de REMES

Miembro de REMES
Autor, miembro de Red Internacional de Escritores

jueves, 22 de noviembre de 2018

"Tu Luz es mi Luz". Autora: Gemma Pizarro.




   La experiencia aleccionadora de una Luz que unifica

  Gemma Pizarro es un torrente de innovación espiritual, un dechado de virtud que se honra en experimentar el privilegio de la comunicación con el Más allá, desde su infancia. Las vivencias como clarividente y la capacidad para superar adversidades mundanales constituyen una motivación dinámica con nombre propio y plena de ideas, conceptos profundos sobre la trascendencia del alma, ejemplo de distinción personal y la convicción de que el sentido de su vida posee una misión implícita que sus muchos seguidores conocen a través de numerosas guías y consejos que emite en diversas redes sociales.

  Y con este conocimiento previo de una actitud vivaz y luminosa, con el privilegio de conocerla en persona, me comprometí a reseñar Tu Luz es mi Luz, no sin la advertencia de que Gemma como autora había pagado la novatada literaria que en mayor o menor medida todos los escritores enfrentamos en el origen de nuestra actividad creativa, cuando llega la primera incursión en el campo editorial.

 Como crítico literario de carácter profesional, columnista con miles de artículos publicados en medios punteros de comunicación social  y como autor de catorce libros expuestos en el amplio mercado editorial, solo puedo analizar el hermoso fondo de estas páginas impregnadas del entusiasta espíritu de Gemma y la nobleza del empeño junto al poder de la maestría que se extrae de su pensamiento, siendo este libro un complemento para cuantos han escuchado la encomiable labor de comunicación espiritual que realiza a diario en su canal, por ejemplo, de Youtube. Y así valoraré el fondo del mensaje entusiasta a la espera necesaria de que esta primera edición sea revisada con una exhaustiva corrección ortotipográfica y gramatical, amén de una maquetación acorde a la ilusión merecida de su autora en esta primera inexperiencia literaria que formalmente era merecedora de muchos más cuidados y profesionales mimos.

  Al margen de las formas editoriales realmente descuidadas, por no decir inexistentes, sí deseo puntualizar que Tu Luz es mi Luz no deja de ser una semilla de iluminación que siendo pequeña en su aspecto formal es simiente de una mujer prodigiosa que manifiesta el esplendor de la particularidad del alma, a través de su paradigmática sapiencia que llega con sencillez al corazón de sus oyentes.

 Esta obra primigenia es un compendio de emociones y enseñanzas que se lanzan como una plegaria de acción de gracias, resuelta en la experiencia y anhelada en el corazón que convierte en vibración el deseo de comunicar cuanto el aprendizaje aporta con rango de prodigio. Porque Gemma Pizarro manifiesta la certeza de la Fe por la experiencia vivida en su devenir terrenal, como también revela el testimonio singular de quien conoce las dimensiones inadvertidas que como médium canaliza durante toda su existencia.

  Al principio la autora muestra las ganas de comunicar anhelos, de ayudar con la enseñanza desbordante que ha de ordenar para convertir en inteligible para el corazón los irreprimibles deseos de ayudar a quien lee sus líneas. Los primeros capítulos especifican la importancia de la fe en uno mismo con la apertura de la mente y el corazón, siendo el inicio del libro una evocación de la inspiración divina, reiterada con intención pedagógica, en la importancia de la creencia por el Ser Superior que unifica la grandeza del conocimiento interior. En realidad Gemma convierte en letras el impulso de sus intervenciones audiovisuales, vibrante en la sencillez de su exaltación ponderada de conocimiento y firme fe en cuanto manifiesta por el cumplimiento de su cometido instructivo.

 Es en  el capítulo cuarto-La oveja negra- cuando se hila una semblanza autobiográfica acorde con el modelo que representa Gemma Pizarro para sus seguidores y cuantos deseen conocerla tras su particular visión experimentada del mundo espiritual. A partir de este capítulo se conforma el orden natural de la obra dando a conocer Gemma sus inquietudes y motivaciones que le representan como modelo de experiencia y certeza en el significado de cuanto relata. En los siguientes especifica la importancia del estímulo de los hábitos, de la transformación que resulta al modificar conductas, la Fe que afianza la motivación considerada, captadora de la atención del espíritu más allá de las apariencias.

 El último apartado del libro trata de la mal entendida muerte que Gemma denomina “el concluir”, narrando desde su experiencia lo que es un tránsito del espíritu que trasciende en una vida eterna donde cada existencia es un paso hacia la perfección divina.  En la intuición de una realidad constatable la autora alienta ante la aparente soledad afirmando que estamos acompañados por un mundo invisible que nos asiste y la disposición a escuchar la voz del alma que abre las puertas del interior. Un interior que llama por medio de hermosas canalizaciones que trascribe al final de cada capítulo como mensajes del alma que provienen de una excelencia espiritual que Gemma Pizarro da a entender con vocación luminosa: la experiencia aleccionadora de una Luz que nos unifica.

Ignacio Fernández Candela

martes, 15 de mayo de 2018

Reseña de Yolanda Cabezuelo Arenas sobre mi novela documental: La afilada navaja de Ockham I. (Publicada originariamente en Las nueve musas)


https://lasnuevemusas.com/bajo-el-peso-de-una-ley-viciada/

BAJO EL PESO DE UNA LEY VICIADA

Quien tiene entre sus manos un libro, lo abre y descubre la primera página, está descubriendo todo un mundo de sensaciones que a partir de ese momento formará parte ya para siempre de su memoria: es la magia del papel impreso, de las bellas encuadernaciones, de las ideas contenidas y expresadas.

Y cuando en esa obra está contenido el pensamiento, la vivencia, o parte del alma de su autor, y se tiene la suerte y el privilegio de contarle entre los amigos más valiosos, el placer de la lectura de vuelve inenarrable, e irreprimible el deseo de trasladar a otros lectores la conveniencia -casi la necesidad- de adquirirlo para disfrutar de una experiencia semejante.

afilada navaja de ockhamTiene Ignacio Fernández Candela la habilidad de separar sus emociones para presentar una experiencia propia tan injusta y grave como la narrada en La afilada navaja de Ockham desprovista del humano y comprensible rencor en el que cualquier otro autor hubiera podido caer; esta habilidad consigue que el lector comprenda perfectamente el alcance de la experiencia, se solidarice con el narrador, y tome nota de su propia vulnerabilidad; porque la experiencia de Ignacio Fernández Candela podría ocurrirle a cualquiera, por el simple hecho de encontrarse en el lugar y el momento propicio.
Ignacio Fernández Candela es un gran periodista español, conocido por expresar su opinión sin rodeos ni divagaciones, y sobre todo sin ambigüedad. Persona de trayectoria profesional seria e impecable; compañero atento; entrañable amigo; sin una sombra de duda en lo tocante a la honradez personal; y sin embargo fue confundido con un peligroso atracador, detenido y sometido a un trato kafkiano  y vejatorio. Y no en un país cualquiera, de éstos en los que las garantías y derechos brillan por su ausencia… sino en España, en Madrid, en marzo de 2009.
Cuando el lector se adentre en la narración de la historia vivida por Fernández Candela, advertirá con horror que si estos hechos han sido posibles en la persona cuyas cualidades acabamos de describir en el párrafo anterior, que no son comunes en estos tiempos de valores perdidos, cualquiera de nosotros podría verse en la misma indefensión, por el simple detalle de estar sometidos al azar de encontrar en nuestro camino funcionarios que no merezcan formar parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
El mismo autor distingue a éstos de los otros: los que tanto reconocimiento merecen por méritos propios y de entrega a su labor, con una exquisita mención en las dedicatorias del libro:
“La sombra de los menos nunca oscurecerá la grandeza ni la calidad humana de la mayoría”.
Y no obstante, esos menos existen, ostentan autoridad, y en caso de verse uno en la situación que tan bien describe Ignacio Fernández Candela, “La afilada navaja de Ockham” puede servir como la mejor guía de actuación: Todo lo que narra Ignacio Fernández Candela ocurrió de forma accidental; y le ocurrió a él como podría haberle ocurrido a usted, o a mí: a cualquier persona por honorable que sea, simplemente por estar en el sitio equivocado y en el momento equivocado.
“Es la existencia un campo de tragedias con las que aprendemos a convivir, desenvolviéndonos con pericia para evitar muchos males que afectan de continuo a nuestro prójimo. Sin embargo nadie está exento de sufrir uno de esos males que tendemos a mirar de reojo con el temor de que fueran a afectarnos.”
Nadie. Ni siquiera usted.  
Cualquiera de nosotros puede verse tratado con brutalidad, esposado en postura humillante y dolorosa; obligado a dormir entre las ropas del jergón de una celda, llenas de restos de orina ajenas.
Cualquiera puede tener que enfrentarse después a un procedimiento en el que empiecen a quedar claros los conceptos de suerte y oportunidades en la observación del juez que instruye o el verdadero interés del abogado de oficio -de algunos, que como bien diría el autor de “La afilada navaja de Ockham”, son los menos, pero son-.
El lector podrá comprobar que es posible la lucha de David contra Goliat, y que la razón prevalezca a pesar de lo titánico de la lucha, y quedará ya enganchado a las Letras de Ignacio Fernández Candela cuando de comprender un tema de actualidad se tratare.
De las muchas frases dignas de ser recordadas que se incluyen en la narración de La afilada navaja de Ockham, una me ha llamado particularmente la atención: “La Humanidad no puede creer en sí misma por el resultado de sus obras. Sólo cuando cuando renuncie a la ególatra conquista de sus futilidades, podrá despertar y así ver”
 Ha sido para mí un privilegio entregarme a la lectura de La afilada navaja de Ockham, en primer lugar por haberme distinguido su autor con el deseo de conocer mi criterio; y desde luego por haber tenido la oportunidad de disfrutar de una obra trepidante, magistralmente trabajada, y que cumple además la función de instruir al lector cual guía de supervivencia ante situaciones absurdas en las que pueda verse atrapado, sin merecerlo ni esperarlo, bajo el peso de la ley en su forma más viciada.

"ZAMBRA DE AMOR". Autor: Luis Esteban Pareja. (Reseña publicada originariamente en Las nueve musas).


https://lasnuevemusas.com/zambra-de-amor/

http://www.editorialqm.com/noticias-y-eventos-literarios-del-mundo/esta-proxima-la-publicacion-del-libro-de-poemas-zambra-de-amor-autor-luis-e-pareja

Ignacio Fernández Candela

Escribir Literatura verdadera es contrastar, mediante el tamiz de un genio creador,  idea y sentimiento.

Identificar el devenir de la experiencia y asimilarlo por la impresión sensible que nos provoca.

  Así crea el artista de la palabra. La creatividad se rige por criterios limitadamente cognoscibles, pero otros son sublimados dependiendo del autor. Con el poeta de Zambra de Amor la rima canta al Cielo y rinde culto a la idea de la excelencia literaria. Es admirable un magín que despliega destreza creativa y una sensibilidad fulgurante de excelsas inspiraciones. Infrecuente el hallazgo, Luis Esteban Pareja ha facilitado un descubrimiento singular.
  Siempre he percibido, desde la intimista sensación de lo intuitivo y la objetividad del criterio intelectual, como observador de la existencia y de la consideración de una posible memoria del alma que dicta los designios del consciente por la inspiración de las emociones, que no solo las personas que nos sorprenden son instrumentos del destino para satisfacer nuestros instintos vitales del espíritu, sino que también sus palabras puntuales, y a propósito de una señal divina,  marcan el recuerdo del subconsciente, del infinito que emerge de lo terreno y aflora a la mente como si reconociéramos esa vivencia que sucede llegado el momento distinguido.
  Una intuición del alma por la memoria eterna de las vivencias que llegan cuando el tiempo marca el destino del reconocimiento. Me sucede con Luis Esteban Pareja, con el Poeta de la maestría en la sensibilidad de la expresión comunicadora, verso y prosa con dominio de un alma evolucionada que en el reloj de sus creaciones marca la hora de comunicar el talento del corazón. No solo con su personalidad en singular donosura y atemporal significancia siendo personaje irrepetible, también con la expresividad en la rima de su sentir andaluz, de sus ritmos interiorizados con latido de corazón sureño que rinden homenaje a la purista tradición del Arte en su esplendor histórico y que se desgrana en Zambra de Amor.
  Reconocido el autor por la intuición del espíritu y la memoria recreada del destino en su encuentro temporal, saber del Poeta me ha trascendido al título de su poemario, con el palo más antiguo de Flamenco, Zambra, prendido de virtuosismo en la sensibilidad y rotunda pasión, en la sublime comunicación del Amor dulcificado a la par que energizado de carácter y mimo. Zambra de Amor es de innata concepción espiritual, sacada de unas entrañas vitales por una garra de creatividad que acaricia sólidamente la dulce dimensión de una Andalucía transmutada, donde García Lorca pervive y Miguel Hernández acompaña. Redivivos en la memoria del destino como en la intuitiva creación de un Poeta del alma y el tronío que ríe y llora la experiencia sureña, la sangre española templada de sol y sombra, de tendido y guitarra, de pinreles danzantes y manos ramificadas en hermosos y extasiantes edenes de brazos  al ritmo de castañuelas, junto al vaivén del viento que exhala una Zambra.
  Luis Esteban Pareja González se personifica en la poesía como su tierra, se allega a Portugal y rema los mares del mundo para aterrizar en Granada; luego se expande en un cielo que cubre de estrellas la infinita armonía de las músicas que perduran con sones aflamencados y evocan el tiempo sin tiempo de una Andalucía cuya historia no es contada por lo temporal, sino por la prodigiosa sencillez del poema que se integra con la palabra, abarcando la extensión de los campos, los muros de la Historia y las piedras de las cuevas que en Granada cobijaban la danza del gitano con ritmo doliente en un monte sagrado. Así canta, reza, duele, escuece  el poemario. No se arranca de las entrañas una vez que se clava, con la convicción sensible de un milagro creativo, inusual y legitimado por la grandeza de la evocación poética de lo universal.
  Reconozco al Poeta genuino cuando me duele y escuece al inyectarme su alma con incisivo júbilo hasta fluirme por la sangre y conformar parte de mi ser: indivisible ya de mi conocimiento por lo sentido y el privilegio de reconocerlo con indeleble experiencia de admiración. Luis Esteban Pareja me ha contagiado de versos que trascienden y perduran. No hay cura ni desmemoria; solo huella.
  Con Luis Esteban Pareja la Andalucía poética nos trasciende, se percibe inmersa en el papel como una oda anudada con hilos de seda, trasladada al espacio eternal de una rotunda inspiración desgranada de sueño y embeleso; este último más real en la poesía de un brujo de Huelva, maestro de magias gitanas y payas, mezcla de raza en espíritu compartido, ilimitado, que se remonta en su expresión atemporal al palo de Zambra, para implicarse el verso de Amor con el aroma de la tierra sureña: la entrega del alma en una estrofa singular, extrema y dulcificada de pasión, por una tierra andaluza que clama sus deslumbrantes dones. Suspira la garganta del poeta que exhala fuerza y nostalgia, poseído de divinidad y humana excelencia. Poeta de amanecer, Luis Esteban Pareja exhibe sensibles e inmensas intimidades de un Sur unificado; clamor de atardeceres, Andalucía se canta, se duele, se muestra, agoniza de placer con aureola de manos alzadas que describen el Flamenco más intuitivo por la rima de Zambra.
"Y si quieres despacito vete marcando el compás,
antes de que doblen campanas… ¡que también quieren hablar!
Yo no sé cómo se llama quien tanto a mí me conmueve,
en ese rincón “encelao”, donde un amante y su amada;
¡Un Artista y su Guitarra! …
Ronean con sus quejíos cuando sus cuerpos se abrazan".
Luis Esteban Pareja
Olé Poeta, Olé.

miércoles, 21 de febrero de 2018

"EL TRIUNFO DE ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA". Autor: ENRIQUE DE DIEGO




La Cruz de Pedro J Ramírez

Inesperado encuentro con una verdad obligadamente denunciada, este libro traspasa la ligereza moral de las infidelidades y se sumerge en un submundo de rastrero oportunismo con el pretexto del maltrato a la mujer. Una serendipia de Justicia es lo que resulta de El Triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada cuyo autor Enrique de Diego ha encontrado un núcleo controversial muy a propósito para desenmascarar una mafia manifiestamente criminal y que ha provocado miles de víctimas inocentes, tras los postulados dictatoriales de lo que arteramente se ha denominado violencia de género. Detrás de esa reivindicación subyace un vasto y repugnante negocio de falsificación jurídica y social que ha lucrado a estafadores sin conciencia. De Diego lo ha denunciado con docta firmeza.

En España no existe profesión más falseada, comprada y mezquinamente chaquetera que la del Periodismo, salvo que no se comulgue con la tergiversación permanente de la información al servicio de pagadores corruptos. Antaño Anson y actualmente Évole, verbigracia, son muestras rastreras de cómo usar con fines degradantes el ejercicio de la palabra pública al servicio de intereses manejados desde la sombra. Son adalides de la farsa que sintomáticamente ha envilecido la sociedad española. Quien no se pliega al sometimiento es perseguido o ignorado. Paradójicamente, los miserables sin honra son respetados por esa vil apariencia de los engaños pagados con el sueldo de la corruptela aceptada y de la que maman tantos parásitos. Así es el periodista español salvo honrosas y meritorias excepciones.

En el caso de rebeldía honorable nos encontramos al escritor Enrique de Diego y una trayectoria periodística que desmonta la hipocresía de la corrección política, en realidad un eufemismo que describe la docilidad ante la injusticia y la podredumbre generalizada que desuela España. No podía ser de otro modo que un periodista independiente denunciara sin ambages, la repulsiva doblez moral que prostituye a la Justicia presuponiendo la culpabilidad del inocente por artificios demagógicos y excluyentes que vulneran los más elementales Derechos Humanos.

Desenmarañar esta trama de malignidad sin escrúpulos es posible describiendo la vida y milagros de Pedro J. Ramírez, quien con ingenua vocación de vividor a contrarreloj parece haberse entregado en brazos de un verdugo con el que no podía contar sin traicionar a su exmujer, dama de España, Ágatha: el verdugo propio de la inconsciencia y el egoísmo en brazos de una mujer arribista, su Cruz,  que queda desenmascarado tras la leída de este libro ya icónico. Repugna cuanto se demuestra en él con pruebas y declaraciones de afectados que delinean en ocasiones los rasgos ¿sociopáticos? de las mujeres denunciadas. La feminidad es mucho más que eso. No por ser mujeres son dignas como tampoco por ser hombre se es culpable sin presunción de inocencia que valga.  Y así debería ser legalmente. A tenor de estas líneas magistrales,  Cruz Sánchez de Lara es un arquetipo de bajeza según sus actos profesionales y personales meticulosamente descritos en esta obra que deja en evidencia la putrefacción con que se manejan algunos togados: al dictado de una maraña de dogmas delictivos, trampeadamente encajados en las arbitrariedades jurídicas de ventajistas sin conciencia.

Resulta de una aparente narración de vicisitudes extramatrimoniales y de traición personal, una excepcional oportunidad para descubrir en esencia la trama delictuosa que la violencia de género ha conformado con manifiesto desprecio a la Justicia, la verdad, la honradez y el decoro que se presuponen en abogados y jueces, cuyos comportamientos son de comunes delincuentes pero justificados tras la patraña del género selectivo.

Esta obra va un paso por delante de la intencionalidad de generar un debate contra una de las más execrables injusticias que generaliza, delirantemente, la posición del hombre y la mujer en la sociedad al margen de su catadura moral o carencia de escrúpulos. Debería concienciar a las víctimas y reunirlas con ánimo reivindicativo en las calles, para cambiar estas aberrantes situaciones que aprovechan oportunistas sin moral para lucrarse de sus perjudicados.

  Una aberración que se demuestra fehacientemente con el Triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada frente a la tibieza personal de un Pedro J Ramírez que puede estar cargando, sin saberlo, estulta ingenuidad,  la futurible cruz que su actual mujer ha sido para tantos otros-incluido un torturado hasta la extenuación exmarido que sabe bien de quién se trata-con esas formas de malignidad que se gasta en los juzgados. De qué no será capaz fuera de ellos.

Ignacio Fernández Candela