Miembro de REMES

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Autor, miembro de Red Internacional de Escritores

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Prólogo para: "LEGIONARIO EN BOSNIA 1993. 15 relatos cortos para una guerra larga". Autor: MIGUEL RIVES BERNADAS

Disponible en Amazon.es, entre otros espacios.                                                              
    
                                        Prefacio



Miguel Rives Bernadas es un militar a la vieja y prodigiosa usanza. Un soldado español de los de siempre que cumplió con su deber en los difíciles años noventa. Desde entonces el orbe se ha enconado de un modo nada imprevisible para el autor de esta obra.

El mundo desavisado se llama a sorpresa con los acontecimientos que regurgitan violencia, a modo de una mala digestión histórica, en esta actualidad decadente en que las civilizaciones parecen enfrentarse buscándose un Armagedón. A nadie debería extrañar las consecuencias de haberse desarrollado unos derroteros nada afines a la voluntad de pacificación. Será que en el destino de la Humanidad y en las pobres inteligencias que convierten en beligerancia lo que debería ser natural convivencia, no existe otro horizonte que la confrontación con masiva llamada a la desintegración tal y como sucedió en guerras como la de los Balcanes.


Miguel Rives Bernadas sabía desde aquel tiempo,  como miembro de las fuerzas de pacificación, que el sino de Occidente estaba irremisiblemente ligado al enfrentamiento con la radicalidad musulmana que en estos feroces tiempos del siglo XXI está siendo encarnada por el Estado Islámico como amenaza global y radicada en el extremismo ilimitado, simbiosis de salvajismo e intolerancia ideológica, aún más extremista con el pretexto religioso y excluyente.


Legionario en Bosnia 1993 se convierte en un referente de nuestro presente mediante el enraizado conocimiento de la idiosincrasia exaltada que prolifera en las guerras como fue en la Antigua Yugoslavia, paradigma de escisión que luego ha sido reiterado en no pocos conflictos armados que tienden a aglutinarse en una beligerancia de carácter mundial. Desgraciadamente,  nada queda exento de la amenaza que prolifera como prolegómeno de una confrontación a gran escala que no queda inadvertida en estas páginas, donde se relatan magistralmente los mismos odios de entonces como los de ahora, con  el paliativo de las actitudes nobles de otros que lejos de la confrontación han buscado valientemente el consenso por muy difícil que pudiera parecer conseguirlo.


Miguel Rives Bernadas, Oficial Legionario del Ejército Español, relata con singular observación y perspicaz análisis de los acontecimientos, durante momentos memorables del proceso de pacificación en los Balcanes, misiones junto a sus leales hombres de aquel 1993,  en que el mundo debió agradecer el esfuerzo de soldados de la ONU para mantener en paz una de las zonas más conflictivas de aquel entonces.


El paradigma del honor por las buenas causas queda reflejado en este libro con la acertada observación de un militar español que sabe expresar al detalle la complejidad de las misiones militares para mantener la paz ante el odio cerril de enemigos irreconciliables. Solo intentarlo fue una proeza histórica que con asaz inteligencia profesional el oficial Rives Bernadas describe con pinceladas de humor y entretenimiento, junto a una literatura acorde con las heroicas vicisitudes que se desgranan ante el lector con ritmo trepidante y moralejas inusitadas.


Todo un logro literario de quien antes protagonizó historias propias de novela, cuya realidad supera a la ficción. El mundo actual puede ser entendido con la lucidez profesional de un militar que se convirtió en gran conocedor de la idiosincrasia humana, en todas esas vertientes de violencia ancestral que hoy más que nunca amenaza con globalizarse. El autor sabe expresamente cuál es el origen de este torbellino de pasiones desatadas que desembocan  en conflictos armados donde siempre existirán abnegados hombres capaces de entregar lo mejor de sí mismos por sus semejantes. Un contrapunto de valentía en este orbe cobarde donde tan poco se tiende a valorar la vida del prójimo.


Ignacio Fernández Candela

Escritor-Crítico literario

martes, 10 de junio de 2014

"LOS CISNES NO TIENEN ALMA, LOS VIOLINES SÍ " Autora: MARÍA JOSÉ VOLTES



http://www.finisterraediciones.com/los-cisnes-no-tienen-alma-los-violines-si.html
               
http://www.fundacionmusicamaestro.com/


Escuchar el alma con sonido de violines

Nos acostumbramos a posicionarnos apasionadamente con la lógica pero paradójicamente las emociones nos trascienden hasta desubicarnos de la fría coherencia de la existencia. Sin embargo, este libro marca un norte emocional absorbente amén de inusual y nos sitúa, de manera asaz inteligente, en los beneficios de la sensibilidad no exenta de realidad asumida en un plano de fantasía tan natural como carente de efectismo artificioso. No es fácil escribir sobre las fantasías emocionales sin desbarrar en la exageración, todo lo contrario que conlleva la elegancia diversificada, musical, poética y amorosa de esta novela tan singular.

Son tres los factores que otorgan una excepcional eficacia narrativa a esta historia magistralmente compuesta:
 - La aceptación de la imaginación como una realidad trascendente donde no existen fronteras; así explayarse con una naturalidad muy a propósito para la misma esencia de la obra que destaca por su versatilidad sorpresiva desde el inicio.
 - La deducción exhaustiva que analiza la observación de las emociones hasta irrumpir en la magia de los sentimientos sostenidos. La relación entre Cuqui y Teodora es entrañable y se complementa con Daniela y Arturo. Teodora representa el simbolismo de la desafección con un mundo incierto que se suple con una filosofía eficaz de relativismo resumido en la ingeniosa frase: “Las cosas importantes son las que no sirven para gran cosa”. 
 - La Música como alternativa poética que en su sabiduría transmite el alma de las propias emociones y el conocimiento ponderado en que se basa su orden disciplinado para luego expandirse, sin medida, en un sortilegio acústico.

Pocos saben expresarse en el aparente desorden de las emociones a poco que ahondan en los entresijos de sus complicadas consecuencias. Sentir en ocasiones es un laberinto por temor a descubrir lo que existe detrás de esa sensación que nos convierte en vulnerables. María José lo explica con destreza en la sensible alternancia de los tres factores que destacan en la narración. Existen confusiones en el sentimiento que  frecuentemente se silencian para que el sordo murmullo de los magines se explique y pocos pueden escucharlo por la intimista complejidad que entraña una comunicación de esta índole reservada. Una gran mayoría calla esas complejas disertaciones del alma que tanto cuestan expresar. Para María José Voltes, sin embargo, la sordina del sentir no es instrumento de inspiración sino que convierte en alta voz aquello que se expresa con una armonía abracadabrante que se compone de personajes inauditos con los que nos familiarizamos acaso como reflejo de nosotros mismos, los lectores que nos sentimos revitalizados en un mundo de humanizados conejos.

Esta obra se explaya de originalidad en una intención desacostumbrada que sólo puede trascender con el resultado flamante que resulta al colocar todas las piezas de un puzle conformado de musicalidad, honda transmisión de inteligencia emocional y una intención de particularidad que sólo se advierte cuando accedemos como parte de ese espacio lector que nos ha reservado la autora en un mundo apasionante convertido en una evidente conejera. No nos sorprende la transmutación cuando, todo lo contrario, partimos de la base de que todo ha de estar transformado para comprender el porqué de esta elegante narración.

Existen fantasías que nos trasladan a lejanos mundos con la sensación de que algo dejamos atrás para imbuirnos de otra realidad. Se me antojan de imaginación grotesca, descarada y poco sutil porque he descubierto que existe otra manera de imaginar conteniendo la experiencia mundana sin desdeñar el tesoro de la fantasía. Una inventiva que nos implica de real emoción aunque nos inspire un conejo las más sublimes sensaciones que nos llegan al alma con los pies puestos sobre el suelo. Esa finura extrema de lo sutil pierde medida para expansionarse con una belleza inacostumbrada el pensamiento profundo que abarca el amor, la vida y la muerte desde la experiencia sentida de una vibrante vivencia existencial que narra de manera tan hermosa “Los cisnes no tienen alma, los violines sí”.

Era inevitable que concitara mi atención un título que aun siendo una prosa nos embebe en un proyecto poético imbuido de sabiduría, con una narración sencilla sobre los más complejos postulados existenciales que son como una caricia versátil al corazón; porque suave como la pelusa de un conejo es como se percibe el alarde inspirativo de estas letras repletas de romanticismo tenaz y consecuente.

Una opera prima de María José Voltes que se advierte inevitable en el impulso inspirador dada la capacidad creativa de una autora que aúna un sentido común versado en la sabiduría de la reflexión con un exclusivo discurrir emocional que nos traslada el alma a los infinitos placeres de la musicalidad; pura musicalidad universal para advertir que la forma de la vida es sólo una expresión ilimitada del espíritu que la percibe, siendo sublime incluso desde la percepción de un mundo hecho a medida de sensibles conejos. Como la vida misma, los violines suenan a alma.
 
Ignacio Fernández Candela 
Escritor-Crítico literario